¿Crees que sabes escribir?
Con la llegada de los medios digitales ¿te has dado cuenta de que cada día escribes más? Y, ¿qué tal lo haces? ¿Crees que sabes escribir?
Si eres de los que no tienes problemas para ponerte delante de una hoja en blanco, casi hasta agradeces que debas hacerlo. Incluso seguro que haces como yo cuando trabajaba por cuenta ajena: prefieres escribir emails antes que coger el teléfono siendo este más rápido.
Dime una cosa, cuando se planteó tener una web en tu empresa, ¿cuánto tardaste en empezar a dibujar un mapa mental con lo que se debía decir en ella?
No me digas más, fuiste tú quien redactó los textos de la web ¿verdad?
Redactar el contenido de la web no es escribir un libro, pero es un reto ambicioso y eso te va. Tu “yo narcisista” se frotó las manos al imaginar la web finalizada con tus textos publicados.
Porque decir que eres el artífice de lo que se lee en la web te hace sacar pecho.
(¡Oh, qué bien expresado está! ¡Oh, qué facilidad para explicar lo que hacemos! ¡Nos van a llegar los clientes a “puñaos”!)
Y tú, pensando en los halagos, sonrías con cierta altanería.
No digas que no. Ahora no me seas modesto. Ver “tu obra” expuesta públicamente en la red te hacía sentir un poco de vanidad y te recreabas. Es humano.
Una vez que la web ya era pública, solo debías esperar a que los teléfonos se volvieran locos para solicitar presupuestos de tus servicios.
Los días pasaban. Las semanas volaban y nada. Nada de nada. La web no generaba nada.
Pasaste un tiempo analizando en silencio qué podía estar pasando. El diseño lo habían realizado profesionales del sector y los textos ¿qué podías decir de los textos si los escribiste tú? Tú sabes escribir y además lo haces bien. Entonces, ¿qué diantres estaba pasando? ¿Por qué no se incrementaba la lista de clientes?
Y llegaste a la conclusión de que, claro, para el tipo de negocio que tu diriges, la entrada de clientes no podía llegar a través de tu página web. Que tus clientes vienen de otro lado. Porque si la web es perfecta, no cabe otra respuesta mas que esa.
¿Por qué crees que te cuento todo esto?
Muy sencillo. Al igual que tú, yo también escribí los textos de la página web del negocio para el que trabajaba anteriormente.
Como tú, puse todo mi empeño en que mi redacción mostrara cuan buenos eran los servicios que ofrecía la empresa.
Revisé cien veces cada una de las frases que escribí hasta que estuve convencida de que mejor no podía decirlo.
Me sentía orgullosa de lo que había escrito y, durante un tiempo, mostraba la web con cierto engreimiento.
A fin de cuentas, además de que conocía el negocio, era talentosa eligiendo y ordenando las palabras ¿Quién mejor que yo para escribir sobre la empresa? Estaba convencida de que los clientes se iban a enamorar del negocio solo con leer lo que había escrito.
Me equivoqué. La web de la empresa solo alcanzó el estatus de tarjeta de visita virtual. Era una “web florero”. Muy bonita y bien escrita, pero no generaba clientes. Improductiva total. Un desastre.
Hay muchas maneras de enfrentarse al fracaso y yo elegí el auto convencimiento de que la culpa no era mía. Analicé qué podía haber pasado y llegué a la conclusión de que, por el tipo de negocio que era, los clientes no podían llegar por la web. ¿Te suena?
A pesar de tener cierta facilidad para escribir historias y que estas funcionasen bien en la redacción de emails para conseguir un objetivo, había fracasado en mi intento de querer vender los servicios de la empresa utilizando la misma técnica.
En aquel entonces desconocía lo que era el copywriting, también llamado técnicas de escritura persuasiva para la venta.
Hoy sé que la historia de aquella empresa hubiera sido muy diferente si además de encargar el diseño y el desarrollo de la web a una empresa especializada, hubiéramos contratado los servicios de un copywriter para los textos.
Pasaron unos años y reorienté mi trayectoria profesional hacia el Marketing Online, especializándome en copywriting.
Escribir bonito no vende
Aprendí a enamorar con mis textos. Aprendí el método para seducir con palabras. Mi habilidad con la escritura combinada con técnicas de persuasión.
Un matrimonio perfecto para conseguir que el potencial cliente realice la acción que previamente tengo definida que haga.
Así que no se trata de que sepas escribir bien. Escribir bonito no vende. Se trata de que sepas escribir para persuadir. Porque la Página Web de tu negocio debe ser una puerta de entrada de potenciales clientes.
Llegados a este punto, tú que sabes escribir, tienes dos opciones, bueno tres, pero conociéndote, una ya no la contemplo como opción.
- No hacer nada y mantener la web de tu empresa como una “web florero”.
- Aprender copywriting para volver a redactar los textos de tu web.
- Contratar los servicios de un copywriting profesional.
Si eliges…
- la primera opción… vuélvete a leer el post desde el principio, por favor.
- la segunda opción… empieza con estos 7 consejos para que tu página de Inicio enamore.
- la tercera opción… entonces te invito a tener una conversación para que hablemos de cómo te puedo ayudar.
un poco de mí
Solía negociar por email acuerdos comerciales cuando trabajaba por cuenta ajena. Combinaba la estrategia con mi pasión por la escritura.
Años más tarde me formé en Marketing digital y me especialicé en Copywriting.
Quiero ayudar a aquellas personas que se desviven por su negocio cada día. Tengo el firme compromiso de aumentar su lista de clientes a través de la Página Web.
Porque hoy se lee más que nunca, el copywriting es la clave para convertir una web florero en una Web persuasiva.